jueves, 12 de febrero de 2009

Amantísima

Sería completamente feliz, creo, si mi mujer me recibiera con una sonrisa, un abrazo y un polvo, cada vez yo volviese de una aventura amorosa.
Eso sólo lo haría una madre amantísima, pero entonces sería incesto. Y luego está el otro amor, que también podría crecer.
Una cadena sin fin, ¿un sinsentido?

3 comentarios:

Camaleona dijo...

¿Y ella también sería feliz así?

Anónimo dijo...

Hola, vi tu comentario en mi blog. Gracias.

Me gusta lo que escribes, y sobre todo, cómo lo escribes.
No tengo ni idea de que más decirte, porque me he quedado perpleja con una de tus entradas.
Eres tan... Yo... pero desde el otro lado...
Me gusta.
Eso está bien.

Manu dijo...

Camaleona, ella es feliz, eso está en las premisas de esta quimera, me ama y me cuida pero no me necesita.

Somebodytolove, yo también he leído lo tuyo y me quedé de una pieza. Supongo que lo esencial del amor es igual en todos.